El miso es una pasta, producto de la fermentación de habas de soja y sal, pero también puede hacerse añadiéndole otros cereales como arroz, cebada o trigo.
Este fermento, hecho de forma artesanal y tradicional no pasteurizado, contiene enzimas vivas que favorecen la digestión y colonizan los intestinos repoblando la flora intestinal. Proporciona un equilibrio entre carbohidratos naturales, aceites esenciales, vitaminas minerales y proteínas.
- Gran cantidad de minerales que favorecen el correcto metabolismo en el cuerpo.
- Nos proporciona energía.
- Excelente probiótico.
- Ayuda a depurar sustancias tóxicas del organismo.
- Se recomienda en casos de Osteoporosis.
- Favorece el funcionamiento del sistema nervioso.
- Mejora la digestión.
Nueces de brasil: 1 taza
Dátiles remojados: 1 taza
Aceite de coco derretido: 1 cucharada
Sésamo: 1 cucharada
Frutas deshidratadas: 1 cucharada
Cacao puro: 1 cucharada
Nueces pecanas: 1 taza
Caldo Dashi: 800 ML
Alga wakame disecada: 10 GR
Pasta de miso blanco: 25 GR
Tofu blando fresco: 150 GR
Cebollas tiernas: 1 UD Ó 2 UD
- Cortar el tofu cuidadosamente en dados de aproximadamente 1 cm.
- Volver a colocar el caldo resultante en la cacerola y hervir a fuego lento.
- Verter una parte de caldo dashi en un cuenco aparte y disolver la pasta de miso, añadir las algas y dejar hidratando. Poner suficiente caldo dashi como para que se diluya bien.
- Añadir los dados de tofu y seguir calentando durante 1 minuto más.
- Servir de inmediato en cuencos individuales, puedes aderezar el plato con con cebolla tierna en la parte de arriba.
- Mezclar el caldo con el miso y las algas con el resto del líquido.
- Servir.