Emotional eating, es una necesidad repentina y urgente de consumir alimentos de forma compulsiva como respuesta a un sentimiento y no al hambre.
Nos suelen apetecer ciertos alimentos (casi siempre procesado) a pesar de estar ya saciados, por lo que seguimos comiendo. Esto, además, nos genera un sentimiento de culpabilidad y sensación de descontrol.
Un buen hábito para enfrentarse a ello es parar un minuto antes a reflexionar. ¿Cómo me siento? ¿Tengo hambre de verdad?
Esta imagen lo describe: